Gilles Villeneuve: 38 años del adiós de un ídolo y campeón sin corona
- William Castillo
- 8 may 2020
- 5 Min. de lectura

Gilles Villeneuve fue un aguerrido competidor con un prodigioso talento que iba más allá de la simple victoria. Esta virtud lo convirtió en un ídolo de masas y su muerte lo catapultó a la categoría de leyenda. Gilles Villeneuve video tributo.
Hoy se cumplen 38 años de aquel fatídico y triste 8 de mayo de 1982, cuando Gilles Villeneuve perdió la vida en un desafortunado accidente en Zolder, Bélgica.
Villeneuve debutó en la F1 en 1977 como segundo piloto de la escudería McLaren, quien tenía como piloto oficial al alemán Jochen Mass, él mismo, quien por cosas extrañas de la vida protagonizó cinco años más tarde su fatal accidente. Con la McLaren solo corrió en el gran prix de Gran Bretaña, ya que el patrón de la Ferrari, el propio Enzo Ferrari, estaba cautivado por el arrojo del piloto nacido en la provincia de Quebec, y logra firmarlo para su escudería, y es así como en su segunda aparición en la F1, en su propio país, Canadá, reemplazó nada menos que al bicampeón Mundial, Niki Lauda.
Su primera temporada completa comenzó con un récord de vuelta en su 4º GP, en Buenos Aires en 1978, al final terminó en la octava posición. Esa temporada la cerró con broche de oro al lograr triunfar (su primera victoria en la F1) en la última carrera disputada en su país natal Canadá,logrando romper el hechizo que parecen tener muchos pilotos cuando disputan el Gran Premio de su país.
En 1979 demostró sus grandes condiciones como piloto y su ímpetu inagotable. Logró dos victorias consecutivas a principios de la temporada y otra hacia finales del año en el GP de USA, siendo el corredor más veloz. Logró además 4 segundos lugares, quedando al final de la temporada en el segundo lugar en la clasificación de pilotos, superado por su compañero de equipo Jody Scheckter. Fue protagonista en la lucha por el título con su coequiper Jody Scheckter, debiendo a veces resignar sus propias posibilidades para beneficiar al sudafricano, sabiendo que en el futuro le tocaría a él recoger los frutos cuando fuera el piloto principal del equipo.
Ese año hubo carreras, en las que aun sin ganarlas, fueron marcadas a fuego con la presencia de Gilles transformándose en memorables, una de ella fue en el Gran Premio de Holanda, donde a causa de un reventón de neumático, realizó un trompo en la primera curva. Pero lejos de resignarse a abandonar, puso marcha atrás para reposicionar el coche en pista y completó la vuelta con la intención de llegar a los pits, cambiar el neumático y seguir. Fue increíble verlo transitar de costado, para finalmente llegar con su Ferrari al box con la suspensión trasera izquierda casi desprendida y quedarse en el cockpit esperando el cambio. Por supuesto que tuvo que abandonar, pero así era Villeneuve, nunca se daba por vencido.
Gilles Villeneuve video tributo
El año 1980, fue para el olvido. Participó con el mediocre modelo 312T5. El rendimiento del coche dejaba mucho que desear. Con este coche, Gilles obtuvo sólo 2 quintos puestos, y protagonizó dos impresionantes accidentes.
El año 1981 le deparaba sus últimas 2 victorias (consecutivas), varios accidentes y una despedida heroica en Canadá. Su primer triunfo, fue en Mónaco. El otro triunfo fue en Jarama, en otra de las carreras memorables, con una carga emotiva que no tenía nada que envidiarle al éxito logrado en Montecarlo. Fue aquella vez que Gilles fue capaz de pasar de 7º a tercero en la primera curva, para luego ganarle la frenada por afuera a Reutemann y quedar segundo, y finalmente lograr la cabeza en un despiste de Alan Jones. Su accidente más recordado del año fue en Silverstone, en Woodcote (todavía estaba la chicane) cuando perdió el control de su coche, entró en trompo y se despistó violentamente, derribando varias filas de catch-fences (líneas de alambre que se utilizaban en aquella época para detener los coches). Detrás de él se despistaron también Andrea De Cesaris (McLaren) y Alan Jones (Williams). Pero él siempre quería seguir. Otra vez inició la marcha con lo que le quedaba del coche. Cuando comprendió que, aun llegando a los pits, no podrían reparar los daños estacionó el Ferrari en la curva Stowe.
Su última presentación en su país fue una carrera para la historia. En una carrera con lluvia, con muchos accidentes, utilizó varias veces su alerón delantero como un auténtico paragolpes, hasta el límite en el que la trompa se levantó apuntando hacia arriba obstaculizando la visión. En este punto, cualquier otro piloto hubiera decidido entrar a boxes o abandonar. Pero para él, simplemente era cuestión de mover la cabeza hacia un costado, tratar de ver hacia adelante y seguir en carrera. Cuando por fin el alerón se desprendió tuvo que apelar a toda su capacidad de equilibrista para dominar el auto y a partir de allí continuó (sin el spoiler) hasta el término de la carrera logrando llegar en el tercer puesto. Una actuación memorable!!!
En 1982, Villeneuve no tenía ningún punto luego de tres carreras, pero llegaba a San Marino con la convicción de tener un coche ganador y comenzar a inclinar el campeonato a su favor. La carrera se planteó entre los Renault de Alain Prost y René Arnoux y las Ferrari de Gilles Villeneuve y Didier Pironi. Pero los los bólidos de la Renault abandonaron y la carrera se centró entre los ferraris para el deleite de los fanáticos. En las vueltas finales, con Villeneuve en punta, desde el box de Ferrari mostraron el cartel “Slow” en clara alusión a que debían mantener los lugares. Pero en la última vuelta, inexplicablemente e inesperadamente, Pironi desobedeció las órdenes y superó al canadiense que, confiando que le había llegado el momento de recoger los frutos, no se esperaba el ataque del francés. Y cuando se dio cuenta de lo sucedido, la carrera terminaba con el triunfo de Pironi. En el podio no pudo disimular su molestia, por lo que consideraba una traición del francés pero también del equipo. A partir de ese momento, cortó toda relación con su compañero, en tanto que su trato con el equipo se tornó fría.
Las dos semanas que había hasta la carrera siguiente, no mejoraron la situación, a pesar que Pironi decía que con el tiempo se iba a arreglar todo. El sábado 8 de Mayo, a falta de apenas 10 minutos para el final de la clasificación del Gran Premio de Bélgica, y en la octavo posición (Pironi era sexto), salió a mejorar el tiempo. En esa época se usaban los neumáticos de clasificación que servían sólo para una vuelta rápida. En esa única vuelta lanzada, Villeneuve se encontró de golpe con el March de Jochen Mass, que lentamente completaba la vuelta para retornar a boxes, e intentó pasarlo a fondo por la derecha, para no perder esa vuelta. La mala suerte quiso que el alemán eligiera ese mismo sector para darle paso por la izquierda. El toque fue inevitable. La rueda delantera izquierda de la Ferrari se montó sobre la trasera derecha del March despidiendo el Ferrari de Gilles hacia el aire, golpeando contra el guardarrail y volviendo a la pista en una cabriola que lanzó al pequeño 'gran' canadiense fuera del habitáculo (con el asiento todavía unido a él pero sin el casco) proyectándolo sobre los alambres que bordeaban la pista. Fue atendido inmediatamente en el circuito y luego trasladado al Hospital de Lovaina, pero nada pudo hacerse para salvarle la vida.
Gilles Villeneuve disputó 67 Grandes Premios, logrando seis victorias.
Tras su muerte, el autódromo actualmente usado para el Gran Premio de Canadá, en Montreal, pasó a llevar su nombre: Circuito Gilles Villeneuve.
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